miércoles, 27 de agosto de 2014

Asesinato y Reencarnación I y II

Una historia ficticia que se me ocurrió una noche que no podía dormir por la fiebre y bueno, la fiebre me ayudó.

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Parte I

-Entonces, ¿estás completamente segura de esto?
-Bueno... digamos que ya no hay vuelta atrás, ¿no? Prefiero pasar por desaparecida antes que ir a prisión por asesinato -dijo sonriendo mirando de lado el cadaver de hace un par de horas que tenía al lado. Se arrodilló y le acarició el pelo delicadamente. -Una lástima que una chica tan linda como tú se haya tenido que meter donde nadie la llama, ¿no? -volvió su cara a sus cómplices sonriéndoles y volvió a pararse. -Pero no te preocupes, voy a hacer un buen trabajo y nadie, ni siquiera tu pareja se va a dar cuenta... de que me haré pasar por ti -concluyó soltando una pequeña risa.
Hace unos  meses que ella venía persiguiendo a su futura víctima, si bien nunca pensó en asesinar a la muchacha, ella lo hacía por otro motivo. Su víctima hacía un tiempo estaba en pareja con el primer amor que la asesina había tenido. Ella sabía que las razones por la cual fue abandonada eran ciertas, también sabía (o más bien se notaba) por qué su amado había elegido a esa otra chica, era linda, graciosa y aparentemente buena, entre otras cosas que a ella le parecían inútiles y cuánta bronca le daba que aquellas idioteces la pusieran celosa porque ahora él era más feliz de esa manera.
Un día, volviendo a su casa vio que en la puerta había dos sujetos extraños que nunca había visto, frunció el ceño y se acercó.
-Finalmente llegaste -la recibieron.
-¿Quiénes son ustedes? -preguntó seria.
-Desde ahora somos tus cómplices, puedes llamarnos así -contestó el único que había hablado, el otro sólo se detenía a observarla de arriba a abajo detrás de sus lentes.
-¿Cómplices? ¿Qué es lo que quieren? -esa respuesta le había parecido muy absurda.
-Queremos ayudarte con tu obsesión hacia ese joven que tienes.
Se quedó callada y los miró a ámbos a los ojos cuando finalmente entendió.
-Nada de obsesión están viendo delante de ustedes, lo mío es amor puro. Tan puro que un par de hombres como ustedes no podrían entenderlo.
-Como quieras llamarle, chiquit-el que estaba hablando se había acercado y había apoyado su mano alrededor del cuello en cuestión de abrazarla por detrás, pero ella lo detuvo antes.
-Si van a ser mis cómplices de lo que fuere, entonces pretendan que puedo ser igual de peligrosa que ustedes, ¿entendido? -dijo enojada apartando el brazo del hombre firmemente, quién sonrió aprobando la actitud de la chica. -Además, ¿por qué querrían ayudarme un par de completos desconocidos?
-¡Exacto! Ese es el tema que hay que discutir adentro mejor. ¿No te parece?
A la chica le fue explicada que ellos pertenecían a cierto grupo secreto de científicos, médicos y demás gente con una curiosidad que sobrepasaba la moral como para trabajar con la gente común. Desde hackers, cirujanos plásticos y creyó haber escuchado sobre un conocido ilusionista de otro país. El objetivo suyo era bien ayudar a la chica con lo que quería pero realizando varios experimentos en ella. Ella escuchó sin interrumpir en ningún momento de principio a fin y con cara totalmente seria.
-Entonces... me estás diciendo que... si coopero con ustedes y mato a esta chica... voy a, ¿poder hacerme pasar con ella? -dijo después de tomar un sorbo de café aún mirando la taza.
-Exactamente. Me alegra que nos hayas creído, pues no sería la primera vez que se nos rieran en la cara por decir quienes somos. Pero espero que entiendas que ahora que lo sabes o aceptas o... bueno, no hace falta que lo diga, ¿no?
-Pues, ¡claro! Pueden hacer todo tipo de experimentos conmigo en cuanto pueda recuperar el lugar que me pertenece, ese lugar... junto a él -se paró sonriendo de alegría y miró de costado los autos que pasaban por la calle. Los cómplices pudieron notar maldad y deseos reales que solo un asesino podría tener al mismo tiempo que se dieron cuenta que iba a tener su primera víctima para ella sola, en cualquier sentido que las palabras pudieran dar.

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Parte II

Fueron necesarias cinco cirugías plásticas para hacerla parecer a la persona que tenían que reemplazar. Durante ese tiempo ella fue observando cómo era su víctima, sus hábitos, gustos y costumbres, mientras más la iba conociendo más aburrida le parecía. "Tch, ¿en qué se habrá fijado cuando la eligió como novia? No es la gran cosa." pensaba al ver los videos de las cámaras escondidas que sus cómplices habían puesto en la casa de la chica y su pareja. Conoció al ilusionista que le habían comentado, pues él era el encargado de enseñarle cómo imitar casi a la perfección la voz de alguien más. Tuvo clases extensivas de maquillaje y de cocina, si bien esta última nunca le fue explicada por qué tenía que aprenderla. Luego de 3 meses finalmente se veía como si fuera la hermana gemela de su futura víctima, al ser tanto el tiempo de reencarnación primero debía ser igual a ella para después asesinarla, así nadie sospecharía de que desapareciese por un tiempo. Sabía de memoria todos los conocimientos básicos sobre su vida, familia, hobbies y demás cosas que tuvo que aprender si quería lograr con éxito que nadie la descubra.

El día del asesinato, ella y sus cómplices se llevaron el cuerpo al cuartel secreto donde se encontraban todos los que pertenecían a ese grupo, el tiempo que pasó ahí conociéndolos fue comprendiendo que eran simplemente un grupo de gente con fetiches un poco extraños y deseos de experimentar en humanos. Nada la fue sorprendiendo de todas maneras, si había algo a lo que fue acostumbrada fue a ser usada, así que dejó revisarse por varios de sus ahora colegas y ser utilizada como mascota sexual en varias ocasiones. Al principio pensaba que si quería volver a estar del lado de la persona que amaba entonces no tendría problema en pasar por un par de situaciones incómodas, pero finalmente pasó de ser un sujeto de experimentos a una compañera más del grupo, ya que también disfrutaba lo que hacían con ella, sin importar lo que le hiciesen o le quisieran forzar a aprender, su interés fue aumentando cada vez más porque mientras más aprendía significaba que cada vez faltaba menos para poder estar con la persona que siempre había amado.
Ese día que llegaron al cuartel y sus compañeros vieron el cadáver hicieron una llamada a los cocineros del lugar, fue entonces cuando al ir yendo ella y sus primeros cómplices hacia la cocina con el cuerpo en un carro, entendió para qué le habían enseñado a hacer tantos platos de comida especiales. Sonrió de oreja a oreja y los miró a sus cómplices, volvió a dirigir la mirada hacia el cuerpo y la boca se le empezó a hacer agua de tan solo imaginar lo que estaba a punto de comer.
Llegaron a la cocina y los hombres se quedaron perplejos al ver con tanta emoción y seguridad a la chica agarrando el cuerpo y trasladarlo del carro a la mesa de cocina, prosiguió poniéndose un delantal y les preguntó:
-¿Por qué plato debería comenzar de todos los que me enseñaron? -dijo sonriendo felizmente.
-Vaya, pensé que esto tendríamos que explicártelo.
-Al principio no entendía por qué las clases de cocina... -explicó mientras empezó a cortar la carne de su víctima- pero luego me di cuenta. Si de verdad tengo que reencarnar en ella, sin dejar ningún rastro de su cuerpo, ¡entonces ella tiene que estar dentro mío! Así como tuve que aprender a tener los mismos gustos que ella, ahora tengo que degustar de su carne, de ella misma, literalmente. Realmente no pensé que tendrían interés por el canibalismo, pero sinceramente hace bastante dejé de sorprenderme por sus gustos.
-Entonces, ¿entiendes que la única que tiene que comer de esto eres tú, no?
La chica suspiró.
-Voy a tener para bastante tiempo con toda esta cantidad y con lo poco que como, pero si pudiera les compartiría un poco. Lástima que no esté permitido. Realmente les estoy agradecida por esto, así que no me molestaría hacerles un plato especial como muestra de afecto.

Finalmente llegó el momento de poner en práctica todo lo que había aprendido de su víctima. Realmente no fue difícil engañar a su amado cuando se reencontró con él. Menos lo fue con su familia. Había pasado una semana de que él no viera a su novia y claramente la extrañaba, por lo tanto esa noche se quedó a dormir en la casa de él, le dijo que para ella era una noche especial y que las noches especiales requerían cenas especiales. Él estaba sorprendido cuando la vio cocinar, más bien no escuchó que fue lo que le dijo cuando mencionó el nombre del plato ya que estaba demasiado maravillado por cómo actuaba y por cómo se veía. Él realmente la amaba.

Luego de cenar fueron al cuarto del chico y comenzaron a besarse, hacía años que ella no tenía relaciones sexuales desde que dejaron de ser pareja, el sexo que tuvo con sus compañeros no contaba y por todo lo que lo extrañaba de él se excitó rápidamente, arrancando con fuerza las ropas de su novio quien empujó contra la cama y fue besando todo su cuerpo bajando hasta llegar a su lugar favorito. El chico estaba sorprendido al ver a su novia tan excitada si bien todo lo que le hacía le gustaba por eso le dejó ser la dominante de esa noche. Lo siguiente que hizo fue sentarse arriba de él y manejar la penetración al ritmo que ella quería, sentía un placer inexplicable, había pasado tanto tiempo desde la última vez que esta parecía ser la primera. Su mente se fue distrayendo mientras seguía sus propios instintos, olvidándose de todo lo que había vivido esos últimos meses... y ese fue su error.

-Realmente te extrañaba -le dijo al oído después de su primer orgasmo.
El chico ahogó un sonido de sorpresa, pues si bien no la veía podía sentir a la chica sonriendo cerca de su cuello. Pero no fue lo único que notó diferente.

La voz que escuchó no era la de su novia.

-¿Quién eres...? -dijo con tono de terror luego de tragar saliva. Su respiración empezó a dificultar.
El placer que había tenido le había hecho olvidar que ella no era la persona que todos veían, que estaba fingiendo ser alguien más y dejó salir su propia voz cuando expresó sus sentimientos, abrió los ojos rápidamente y cambió su expresión cuando escuchó la pregunta de su novio. Se había dado cuenta que era una impostora.
Volvió a sentarse y lo miró con una mezcla de enojo y decepción desde arriba.
-¿Dónde está mi novia? ¿Qué hiciste con ella? -preguntó el chico quién seguía asustado.
La chica sonrió.
-No te preocupes, lo que quedó de ella está ahora aquí... y aquí -respondió acariciando el estómago de ambos respectivamente. -Ahora, lo aceptas y a dormir -concluyó y rápidamente dobló su cuello con las manos lo suficiente para que se desmaye, comprobó que seguía respirando y se recostó al lado de él abrazándolo y durmiéndose también.

Sonó la alarma de las 6 de la mañana, horario en el que el chico se levantaba para ir a trabajar. Abrió los ojos y notó que estaba solo en la cama. Se levantó para ir a la cocina y vio a su novia preparando el desayuno.

-Buenos días -le dijo la chica sonriendo. Al volver a escuchar esa voz que no le pertenecía a su verdadera novia recordó lo sucedido la noche anterior. Fue hacia la cocina y le dio un beso en la frente.
-Buenos días, amor, yo también te extrañaba.

La chica lo miró a los ojos y volvió a sonreír.

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